llegué y me di cuenta que no había nada
nada
nada
nada
paredes desnudas, salas vacías, sólo aire
-o no era aire aquel éter denso
mascarilla protectora, guantes, traje, celofán
contra la nada, ni aire vacío
no había nada y sin embargo no quedaba espacio para ocupar
vacío denso, la nada
ocupaba todas las horas y las estanterías
ni para los libros
no había dinero para gastos
la nevera vacía y llena de repugnancia al mismo tiempo
me hubiera aferrado a los pilares de la nave que seguían en pie
y hubiera gritado
si hubiera aire que llevara su sonido a alguna parte
pero mi petición fue denegada
y me quedé en silencio
ahí tienes tu condena
lo bueno es que es indefinida a tiempo parcial
te da para salir un rato si te aburres
y nosotros nos lo bonificamos
no hay dinero para más
aprende a vivir con esto, que es mucho para quienes rebuscan en la basura
y poco para lo que esperabas merecer
tendrás que posponer tus sueños
hasta que quieras liberarte
hasta que aguantes en pie
hasta que te arriesgues a saltar sin red
hasta que te mires al espejo y te reconozcas
hasta que te quieras
entonces cogerás la nada del cuello con todas tus fuerzas
y la estamparás contra las paredes de pladur
una veinte treinta y cinco veces
por las horas que te invadió
por haberse apoderado de tus lápices y tus bolígrafos y tu contraseña
cogerás la nada malherida y la ahogarás en el café expresso
en el hervidor de té
la aplastarás contra la fotocopiadora de color y la de blanco y negro
con gran terror la nada en el plotter a tamaño din a uno
el mapa del terror de la nada en el plotter
la nada en bonitos plafones, en maquetas a escala
en folletos publicitarios y en la web
en todas tus mentiras
en todas las bocas en todas las mentes
y por la calle te dirán, cuándo llega la nada al barrio?
señora, mire, la llevo pegada a mis zapatos
no me suelta ni a ratos
a veces la olvido y me divierto
pero al día siguiente la nada me despierta
me invita a café
me sirve tostadas y galletas y desayuno continental
sabe que comer es lo único que me queda
antes de condenarme del todo
de forma indefinida y a tiempo parcial
a veces pienso en tomar un tren, el primero que pase
cambiarme el pelo y el pasaporte
y hacer que tengo una vida muy loca
muchos amantes
muchos olvidos y lagunas
debería cambiarme la medicación también
despedirme de la doctora y del frutero
aun así sospecho que la nada me encontraría
en Dresden o en Lublin
en Santorini o en los Cárpatos
incluso se metería en el museo del Louvre
o en la casa natal de Mozart o de Kafka
una vez la vieron oyendo un concierto de Beethoven
comiendo en el Arzak
junto a una pareja
jugando a pingpong en el Green Park de Londres
la nada me acompaña
al principio todo era hostil
guantes mascarilla traje protector celofán
ahora la acaricio con la mano
y me acompaña como un gatete atómico
pesada
peligrosa
densa
cautiva
cattiva