Fragmento del brillante artículo de Albert Lladó publicado en Revista de Letras.
Los calcetines tienen en su mal llamado adn textil la necesidad de estar en pareja, como sus primos los guantes, los altivos pendientes o los gansos salvajes. No obstante, el infortunio del desparejamiento afecta con mayor y cruda frecuencia al calcetín, ya sea éste de nylon, de algodón, de lana escocesa o simple calcetín-media de poliéster.
Aunque se haya documentado especialmente en los últimos cuarenta años un notorio auge de las pérdidas de calcetines, sin duda relacionadas con el uso intensivo de las lavadoras automáticas, el desparejamiento de estos complementos de vestir es una silenciosa tragedia que no encuentra lugar para el duelo en la mayoría de hogares. ¿Dónde van, en la inmensa mayoría de casos, los calcetines que han perdido su pareja? Al olvido, al desguace, a la pira de las viudas. Ahorramos extendernos en más detalles, escabrosos, sobre este particular, para no herir sensibilidades y animar a proseguir en esta lectura.
No obstante, existen todavía almas beneméritas, que desde aquí animamos a asociarse en algun tipo de organización no gubernamental sin ánimo de lucro, que guardan un sitio en su casa para los calcetines desparejados, con la esperanza y el noble impulso de que rehagan sus vidas de calcetines con otros similares que han pasado por igual situación. Las afinidades de color, material y tamaño juegan entonces un papel decisivo en la elección de nueva pareja, ya que en las sociedades humanas, incluso las más abiertas y cosmopolitas, los matrimonios mixtos y desiguales de calcetines son muy mal vistos socialmente, y se interpretan como signo inequívoco de estar mal de la cabeza, de padecer daltonismo o de vestirse a oscuras y descuidadamente por la mañana.
No obstante la falta de estudios empíricos en la materia y validados por la comunidad científica, se observa una clara tendencia al mayor emparejamiento en -llamémoslas- segundas nupcias por parte de los calcetines de color oscuro. Algunos autores, sin duda influidos por ciertas doctrinas eurocentristas y colonialistas, achacan esta tendencia a una mayor cuasipromiscuidad entre los individuos de color oscuro, advirtiendo que, incluso en vida del calcetín emparejado, tienden sus parejas a irse con otros ejemplares y volver a reaparecer en el siguiente lavado, pero sin que esto afecte decisivamente al vínculo entre ambos, basado mayormente en la confianza abierta y no en la fidelidad monógama.
Afortunadamente, se han alzado autorizadas voces en contra de esta interpretación, señalando a las empresas fabricantes de calcetines oscuros como la verdadera causa de esta aparente cuasipromiscuidad, por el notorio parecido que presentan los ejemplares entre sí, incluso cuando la tintada o el acabado es distinto. El escaso cuidado en la diferenciación, pues, es un dilema de alcance creciente, vista la globalización del proceso de fabricación.
En el otro extremo de esta cuasipromiscuidad se podría citar el repetido ejemplo de los calcetines-media de poliéster. Su altísimo grado de diferenciación en color, acabado del elástico de sujeción, o grosor -parámetro para el que existe una unidad de medida, el denier, que expresa a su vez el grosor del hilo con el que se teje-, impide que se puedan mezclar fácilmente los ejemplares desparejados. Este factor, unido a una cierta mentalidad pudorosa, heredada de los años de vestir de uniforme chicas de colegios de monjas, hace que los calcetines-media desparejados muy raramente abandonen su soledad cuando han perdido la pareja. Los ejemplares dispares se encuentran, sin mezclarse, para criticar pía y discretamente los que toman nueva pareja.
Las afinidades electivas de los calcetines, pues, son un campo abierto a la investigación que puede llenar páginas interesantes en los años venideros.
De momento, hay quien está desarrollando ideas de negocio: encuentraatuotrocalcetin
Per la meva sister, creadora del concepte de single socks.
De momento, hay quien está desarrollando ideas de negocio: encuentraatuotrocalcetin
Per la meva sister, creadora del concepte de single socks.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada
Digui, digui.